Owen Reyes

Poetas

Nadie comprende ese dolor tan profundo

de buscar la vida en cada escrito verso,

ser sin sentir, pensador meditabundo;

sin dejar al mal crear su acto perverso.

 

Escribir de tal manera que el alma salte,

prescindir incluso de la prosa ilusa

para dar a luz el verso que al amor exalte,

dejar que envuelva en sus brazos la musa.

 

No escuchar a la razón, inconsciente,

Buscando siempre luz en la oscuridad malvada,

Soñador pobre que perturba la mente

Con su viva estrofa cortante como espada.

 

Y en sus poemas sus lágrimas deja

dándole sabor con su poca alegría,

una por una escurre y corteja

preso y loco de la pesada melancolía.

 

No conoce nada más que dormir en el regazo

de un espíritu noble de finos y claros cabellos,

dejando ahí sumido el hierro de su brazo

quedando preso en la cárcel de unos ojos bellos.

 

Creando arte de la vida y el sentimiento,

dejando a un lado la conciencia,

trayendo a la par del conocimiento

el fruto de la religión y la ciencia.

 

Creando lo inmenso en lo que es pequeño,

creando la belleza, lo real y pomposo,

haciendo real, del que lee, el sueño,

un instante quieto, un azul hermoso.

 

Siguiendo el camino descalzo e insolente

hacia el estanque donde las ninfas juegan

solo y atormentado su corazón doliente,

sin vida, solo el amor su cabeza sosiega.

 

Y en la soledad que está en su figura

quieto y solo va caminando,

con su esperanza que en el perdura,

ciego y loco su canción cantando.

 

Es como un cisne, canta su bello canto,

con la dulce musa, el amor y su encono,

siempre su brillo, muestra su encanto

para luego morir, sollozante y solo.