Tú mirabas hacia el mar, y te perdías,
seductor, él te arrastraba hasta sus aguas.
Yo colgaba de tus huellas, te seguía,
pero en vez de esperarme, te alejabas.
Ya no vuelves la cabeza y me sonríes,
tu abrazo no me envuelve ni me calma.
Ya dejamos de fundirnos en la arena,
lo que ayer era inflamable ya no es lava.
Desaparezco, y no notas ni mi ausencia,
me entristece saber que ya no hay nada.
Me revuelco cabizbaja en mi derrota,
el mar hace que me sienta rechazada.
Él, sabiéndote en sus redes, las recoge,
veo el triunfo reflejándose en su cara
y te esconde entre la espuma y la marea,
yo me embreo esperándote en la playa.
Erosiono de saber que te he perdido.
Quizá te quité razones, el mar gana.
Luz De Gas