Preparé muy bien mis argumentos,
sólo así pudiste irte
sólo letras que temblaban,
estaban tristes
por ti amor, mi amor imposible.
Ni siquiera un adiós,
sólo nos perdimos,
como se pierde la noche,
como mueren las flores
entre viento y niños.
Decidí romper el juego rutinario,
ese que me ya me estaba haciendo tanto daño
nos dijimos adiós como si fuésemos algo,
bajo mi lado izquierdo vuelve aquel dolor,
que ya había superado.
Y si un día me piensas, aquí estoy
en la misma luna que solíamos ver
en aquellos tiempos
donde mis deseos,
no eran más que un beso.
Somos de esos amores
que se encuentran después de varios años
que no mueren nunca,
que tarde o temprano regresan
terminan, y se alejan.
Bea Ramírez
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