Inmerso en mi coraza de razones
yo mismo me las juzgo un caso aparte
luchando mis latidos por negarte
en contra de sus propias convicciones.
Un as y un comodín de corazones
barajo ante el amor que los reparte
y juego con sus naipes a olvidarte
curtiendo a mis impulsos y emociones.
Por contra tú me agrietas la cordura
rompiéndome en pedazos la firmeza
que dentro de mi piel mantengo inerte.
Desgaja tu sonrisa a mi armadura
y acabas por quebrarme esa corteza
que quiere, solamente, no quererte.