Amigas (el pensado y mal pensado)
Éramos con Catalina, más que amigas; dos hermanas.
Si ella cantaba una copla,
con guitarra en la mano,
seguro la acompañaba.
Si saboreábamos guiso, es porque ella lo quiso,
Aunque mujer casada era yo,
y ella muchacha soltera,
los tres festejábamos juntos, el día de San Valentin,
toda vestidas de rojo, como le gustaba al Joaquín.
Cuando el río nos llamaba, por las tardes, en verano,
una siesta yo tomaba, mientras ellos “cuchicheaban”
Romántico era mi hombre, pero muy justo también
si escribía un poema, siempre era para bien:
yo la destinataria y la Cata la binaria.
Quiso el destino malvado que mi Joaquin se muriera,
Juntas lloramos al lado de un féretro amarronado.
Para compartir la pena y respetar el dolor,
ambas nos pusimos luto, hiciera frío o calor.
Siempre doy gracias al cielo, que me mandó esta amiga,
que es tan fiel y cariñosa, no faltará quien lo diga.