Me arrastro por el suelo,
me quedan muchas horas
en este vuelo eterno
que encuentro entre las olas.
El sol que está durmiendo
me trae tu sonrisa
y se la lleva lejos
sin miedo y sin malicia.
Palabras que te acercan
al lado de mi vida
no suenan como quiero
ni van entre comillas.
Te busco sin la luna,
sus rayos, sus antojos,
porque cuando te escribo
me alejo poco a poco.