Tengo una palabra suelta
Por si se presenta una visita,
Tengo también un abrazo
Apartado para mi cita.
En la mesa una taza de café
Y junto a él un libro
Esperando una mano
Que lo haga sentir vivo.
Por si acaso está la cafetera
Bosque grande, finas paredes,
Estos son días de lluvia y
Quizás alguien quiera meterse.
Acostumbro tener un espejo
Dando una mirada valiente
Desde el centro de mi hogar
Quien te mira no miente.
En el jardín junto al árbol
Frente al lago una banca
Como esperándote llegar
Hasta mi muelle en tu barca.
Por si gustas tengo cigarros
Y la vida con más de un vicio.
Suavignon blanc o una caricia
Podemos perder el juicio.
Una canción encajonada
Pone tenso el silencio
¿Qué palabra arribará
A este terrible cementerio?
¿Qué voz es la que suena?
Después de mi grito hondo
El eco de lo que existe
Habla desde lo más profundo.
Tengo también una flor
Que como yo ella espera,
Que en la espera aprende
Como aprenderse sola.
Claridad en la ventana,
Predispuesta la mesa,
La mirada en el espacio
Espero con la puerta abierta.
Doy la espalda en la cama
Solo para que cuando llegues
No digas palabra alguna y
Solo te desasosiegues.
No seas como las sombras
Que ahora llenan mi casa.
Y van de lado a lado
Sin querer dar la cara.
El poema es el desahogo,
Es la piedra en el río,
Es como sé estar solo y
Como llenar el vacío.
Un angosto camino
A una casa perdida
Fría, nublada soledad
Yo tengo una hoguera
Por si te quieres quedar.