Desde lejos te escribo mis palabras;
se confunden mis ideas vagas,
los recuerdos de la infancia,
de la nostalgia,
los momentos de ternura,
de la inocencia pura.
¡Estoy tan solo y tan triste!,
¡La tristeza a mi alma desviste!;
mi eco se queda mudo
y no retumba en tus memorias,
ni siquiera susurra en tus latidos
y tu cuita me azora.
Hoy esta culpa sin calma
me agobia, me mata
por estar ahora tan lejano,
tan miserable, tan vano,
como perro que envejeció
y desconoció a su dueño.
© El Yarawix