El triángulo que camina
en mi mente,
coqueteando mis balsámicos
hombres lelos
y el circuito desplegado
a través del gélido desierto,
que ha gozado el aguacero
de mis siervos inciertos
por ver los alabeos
de las trochas y senderos
rechinando sus adentros.
© El Yarawix