De vez en cuando le entrego mi paso al camino.
No reparo en augurios, con mis miedos es suficiente.
De vez en cuando me duelen las heridas de niño,
No reparo en recuerdos o inseguridades.
Mientras corro por la vida
Las ventanas me regalan un vistazo
Sólo un reflejo, sencillamente soy
Un poco más viejo… A ratos cansado.
Y me confundo… Cuando busco al niño
Deseo soslayar sus penas,
Otear nuevas atalayas,
Enrumbar el beso sincero
Nunca dejar de soñar.
Se me adelantan las emociones,
El nudo en la garganta, un vacío,
La lumbre de un cigarrillo,
De nuevo tengo ganas de llorar.
Al mirar el suelo, no lo puedo detener,
Es un movimiento involuntario, y de nuevo
Doy mi paso al camino,
En ocasiones es mi amigo, a ratos testigo.