Al perpetuo soplo libre tu cabello
vuela como paloma sus alas al viento,
vivo incendio para mis ojos de lamento
y rióse de mí todo aquel lo más bello.
Pelo rojo de amor, alegría y hermosura;
juventud de amor y sol sereno río,
mas no pudiendo vencer este amorío,
por ti, mi humo está dormido de locura.
Pinta tu piel blanca mi esclavitud;
tus ojos azules mi sumisión y guía:
y tu cuerpo como estrellas de beatitud.
Contento con tus redes de pelo amante,
mas me conformo viéndote un instante,
que por no tocarte, vivo en una fantasía.
Septiembre 2.020
NACHO REY