Amo, la eternidad fragante de tus ojos bellos
La ingenua niña que se oculta en ellos
Tus murmullos quietos, recostada a mi pecho
Y el rincón del tiempo que me da tu aliento
Amo, la eternidad balsámica de tu rostro terso
La figura angélica que con candidez se entrega
La vastedad del mundo que me ofrece un beso
Y la ilusión infante que me da tu abrazo
Amo, la eternidad aromática que me da tu pecho
La calidez inocente que me dan tus senos
La plenitud y entrega que me da sosiego
Al contemplarte desnuda en tu piel y alma
Amo, la eternidad perfumada que me da tu vientre
La pasión y anhelo al descubrir tu pubis
El recodo y sombras que me dan su amparo
Hasta llegar al éxtasis y gritar te amo