Hoy te recuerdo padre mío,
como ayer, cuando tomabas mi mano,
para cruzar la esquina,
con su adoquín entre cruzados.
Como te recuerdo, padre mío,
como ayer, cuando juntos trabajamos,
me tirabas una broma
y yo, te miraba casi enojado.
Padre mío, donde quieras tu estés,
mandad un abrazo y un suspiro.
Que yo lo esperaré padre mío,
con un abrazo y mil cariño.
Dios mío, tu que estas en el cielo,
decidle a mi padre querido,
que no se olvide de mí,
que también yo, soy su hijo.
Padre mío, no me retes, si estoy llorando,
pero aun te estraño, querido viejo,
me hacen falta tus reproches,
como me hacen falta, tus consejos.