Lucy Quaglia

Me quedé callada

Me quedé callada por cuarto semanas,

nada se escuchaba, porque  nadie hablaba,

mi sonrisa helada mostraba mis dientes

blancuzcos y fuertes, comiendo sin asco

pilas de bananas y carnes asadas,

mientras que la gente pasaba a mi lado

en la  primavera que ha tardado tanto

buscando en la feria la nueva lechuga,

espárragos flacos y rábanos blancos,

sin que me pregunten dónde están los versos

que escribo sin miedo de ofender a nadie

pero que no pude encontrar la musa

porque el tiempo amigo se me fue volando.

 

Me quedé callada pensando en mi gente,

la que lee esto buscando una chispa

de alguna palabra que siempre les mando,

pero no pasaba dentro mi cabeza

un poco aturdida de tantos amagos,

que estuvo ignorando sentarse a la mesa

a escribir poesías que adornan mi canto,

mis horas de sueño, mi cuerpo cansado,

cuágulos de sangre doliendo en mi pierna,

resfrío espantoso que me duró tanto,

y el olvido amargo de volverme vieja,

todo se hizo excusa pero desde ahora

me alegro volver a escribirles algo.