Anngiels Simplemente Mujer

DOS POEMAS

 

DESPUÉS DE ÉL, NINGÚN HOMBRE

 

Me comió el corazón a dentelladas

Se sació de él con el deleite

con que se disfruta un manjar

Sus ojos famélicos comían mi desnudez

Labios húmedos de lubricidad

se abrían mostrando sus dientes

coronando su sonrisa lujuriosa

 

Mi carne temblaba frente a su deseo pecador

pero, no importaba ni mi corazón desgarrado

ni mi cuerpo, juguete de sus instintos

más bajos y depravados si sus manos

irrumpían en mis cavernas y lograba que mi sangre

fluyera en las venas como cataratas rojas de líquido

hirviente y desbordado golpeando el resto

de las cavidades de mi músculo cardíaco

 

Presa de su peculiar forma de poseerme

dejaba que sus instintos animales me dominaran

sin que me afectara que después de él,

 ningún hombre pudiera rescatarme del infierno

de mi adicción a su piel, su olor, su respiración

de lobo nocturno y su egoísmo de solo complacerse

con cada partícula de mi cuerpo mientras yo era

sumisa marioneta sin voluntad, desaguándose entre sus piernas.

 

Ángela Grigera Moreno

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