Sintiéndola fugarse lentamente
senil mi juventud va marchitando
ajada en el esfuerzo de ir buscando
vivir en la frescura del presente.
Escapa tras mis años quedamente
marchándose lo mismo que alejando
y al verla, entristecido, irse borrando
asumo mi impotencia interiormente.
No logro entre las manos retenerla
y huyendo de mi tiempo, silenciosa,
me deja, al rechazarme, encanecido.
Me ahogo sin poder ya contenerla
y cargo tras su adiós con una losa
que sufro, al recordarla, envejecido.