¿ Te acuerdas amor
aquella melodía
que flotaba en la tarde
cuando ya el sol se dormía?
Tu mano me llevaba...
¡Qué calidez sentía!
Pasos lentos
por la tranquila vereda.
La plaza bullanguera:
risas, gritos y cantos,
¡todo era una fiesta!
Primavera ¡nuestras vidas!
Escuchábamos absortos
la música altisonante...
La letra gemía,
cual liana nos abrazaba,
nuestras sienes latían.
Eco interminable
en cada paso repetía:
\" todo lo que empieza termina \"
Arrastrábamos nuestra pena.
Cada vez más lento el caminar.
Sabíamos que al llegar a la esquina
nuestras vidas tomarían sendas distintas.
Lágrimas... tristeza inocultable
en un adiós marchito.
Así te alejaste.
No diste vuelta la cabeza.
Mordí los labios por no gritar.
Pedazos del corazón escribían
la escueta palabra
COBARDÍA
Marta Victoria Castro
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