QUINSONNAS

ManĂ¡ (Soneto)

 

 

 

Del sabor del maná de tu presencia

me concediste, apenas, unas gotas

un elixir que, ahora, en su abstinencia,

me torna el aire de ilusiones rotas.

 

Probé, tan solo, parte de tu esencia

sin yo pedirte coronar sus cotas

en una efímera y casual audiencia

junto a ese néctar en que dulce brotas.

 

Desde entonces, a ti, me acostumbraste

y la dicha de amar me la inculcaste

pese a eludirme arrepentida luego.

 

Desde aquél día lucho por tenerte

aun a sabiendas que me niegas verte

sin darme opciones a prender tu fuego.