No huelo a manzanos ni a jazmines
huelo a piel de mujer dorada a sol y a espiga
Mi piel no es pétalo de azucena solo es piel curtida
por el viento el frío, el dolor y el estío.
Mis manos no son de seda ni terciopelo
Son azada, tijera, plancha,
Detergente, uñas quebradas
caricias ásperas llenas de amor
No soy muñeca de porcelana
ni estatua de mármol
soy mujer tallada en hueso revestida en carne
para morir a la vera de tu cuerpo
y renacer en cada uno de tus besos
Anngiels Grigera Moreno
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