Quiero contarte tantas cosas,
ese día en Palomar, me convertí en espía,
de tus ojos, tu boca, entera tú,
pude apreciar estrellas, luceros,...
reflejados en tu mirada,
me hundí en ese océano profundo.
Ayer me encontré con mi amigo,
tan querido era,
él nunca supo de tú y yo;
al verano siguiente de mis fantasías contigo en las playas colombinas,
se perdieron el uno en el otro,
si mal no recuerdo ya estábamos juntos los dos;
como quien no quiere la cosa,
le pedí detalles,
cada uno más cierto que el otro.
Tú sí sabías de éste, mi compañero.
¿Por qué no me abandonaste y te fuiste con él?
Quizás es tarde,
para creer en una respuesta a destiempo.
No borraré el epitafio:
\"Se han apagado tus ojos,
más jamás olvidaré su luz\"
Ven, ven a revelarme tu versión.
La espero por toda la eternidad...