Bajo el techo de las álamos
con una ciudad despierta
en una casa chiquita
como kiosko de madera
se prepara a recibir
la gente cuando asolea.
Varias mesas con sus sillas
el suelo lleno de piedras
que brillan por unos instantes
ya que el agua lavó la tierra.
Unos vasos de cristales
como piscinas caseras
nadan unos huesillos
entre el mote y la canela
y mi gente que saborea
esta bebida chilena.
Siento bailar suavecito
en el patio de la escuela
Un trompo qe dando vueltas
parece que se marea
pues al terminar el baile
queda besando la tierra.
Vuelven a colocarle l
la soga como chaqueta
en las manos de ese niño
ha de hacer las piruetas
que volverán a darle vida
en el patio de la escuela.