Mírame desde tu iris blanco
negro,
gris
y desde tu yo, créame, destrúyeme,
vuelve cenizas, recoge y reconstruye
los muros de mi obsoleta apariencia.
1 ó 2, 2 ó 3, 3 ó 4
¿Importa siquiera el número?
es el estado y la (in)conciencia de
esto de aquello, de lo que fue,
de lo que no será y de lo que
se levantó desde grietas acuosas,
desde el espíritu impertérrito, desde el pozo
insatisfactorio
desde lenguas muertas y putrefactos
restos de humanidad sellada
deconstruída y moldeada por
semblantes rígidos de épocas remotas
que sí perduraron.
Pero que también
morirán.
Certeza de que hoy ganas,
pero este juego ya estaba
creado como tu victoria,
como todas tus victorias.
Antes de nuestras modernas
existencias
Antes y después
Inicio y fin
Devuélvete y llama a cada cosa por su
nombre
Que esa labor tocó a tu lecho
Si no la aceptas
esta letra será borrada.
Y tú con ella,
Y tú por siempre,
Y tú por los siglos
Como alguna deidad caida
Como el eco de un suspiro que no fue
emitido
Que no tuvo dictamen de existencia
Solo espóras volátiles de árboles
intangibles
Levántate Lázaro
y camina!
Camina por la tierra fértil,
Por la estepa
Por la arena
Por las rocas
Por la huella de pisadas que ya diste
Solo por contemplar el rostro de un
dios asesinado
por tu mano
por la mía
la nuestra
La otra
La eterna
La efímera
La justa
La mortuoria.
Pero recuerda
En su/tú/nuestra inscripción dice
aún hay más.