Tus formas, tus siluetas,
Ningún objeto me había dado
Tanta paz, tengo música en mis
Manos, ahora te tengo para dejar de pelear,
con mis otros yo que no entiendo.
Algún día tendré que construir
uno que no tengo rastros de dolor, mientras descubro tus adentros,
Que huelen madera y a viento.
Qué maravilloso es el mundo,
Cuando le cantamos al arte y no al odio.
Regresa la fe por nosotros,
Regresa la vida sin muerte.
Me contemplo a lo lejos, como un árbol, como un objeto, que no fue creado para causar sufrimiento.