El encierro me consumía y de sobra tenia tiempo para pensarte.
Afuera llovía, yo admiraba las gotas pensando en si me limpiarían del mal.
El mal que me dejo perder tus besos y tus “te quiero”.
Quizás algunas gotas sobre mi cuerpo limpiarían las heridas de haberme quemado entre tus brazos.
Vagando en esos mismos pensamientos del pasado y aferrándome a ese dolor que no quería salir de mi pecho, me preguntaba a mi misma como hiciste para olvidarme tan rápido.
Como evitaste todo esto que siento, que truco mágico te ocultaste.
Como pasamos de ser todo a ser nada, de ser un huracán a ser una ciudad devastada.
Nos rompimos en mil pedazos mutuamente, quizás por eso te fue aliviador perderme.
Debería sentir lo mismo.
Pero a pesar de que a veces dolía estar a tu lado,
cuando prometí amarte de por vida, hablaba en serio.