La creí feliz
mujer dicharachera,
jovial,
audaz
amante, compañera.
Y me dejo colgado en la palmera
como infeliz pincel
pintando mis quimeras.
Me entusiamé
creí en su primavera
sus frutos tiernos
su voz
suave y ligera
y fue un invierno
atroz
y sus peleas
me arrebataron las ganas, las ideas.
Que amarga sensación deja al sentido
cuando es falsío el amor
fingido,
actuado.
¡Y que dolor!
que deja lo entregado
cuando uno ve que todo está perdido.