La culpa
Lluvia de brisa seca sobre el cristal del alma,
ventanal oscuro que parpadeando alegrías,
llora soledad, lágrimas de tristezas huecas,
escarcha en la noche, al cerrar el escote
rompiendo la pasión entre broches
y llegó el fuego sobre los huesos que ardían,
la llama en cenizas me ofreció un cuerpo
estaba desconocido, destruído el huerto.
Fue tan culpable la melancolía como el pasar
de un gris otoño sobre nuestros hombros cansados,
expulsando la última agonía, existencia palpable
del amar y su llegar.
Fueron los años los culpables de la bienvenida
y la risa jugueteando con la dicha se abrazaron
al compás de tu llegada, felicidad inmaculada
sin malévolas cobardías atrapadas entre vigas.
Eres la razón, que toca mi puerta entre abierta
que venga contigo todo lo que brille con su luz,
juguemos en la orgía de una entrega en ritual,
¿invitados?, los muertos sin medidas impuestas,
fuego de amor, donde la llama que rija, seas tú,
perpetuo e inaguantable amor.
NellyCastell 20-09-2020