A ratos, te busco en los ignotos arcanos
que te enclaustran en mis entrañas,
trato de mantenerte fuera de mi alcance
pero la ansiedad me devora y retomo
la vieja costumbre de beberme tu aliento,
de abandonarme en tu cálido regazo;
aun cuando el dolor a veces me recorre,
es más fuerte esta sensación de vida
que me llena de un amor dulce y sublime
cuando tu imagen se desborda en mi pecho.
Aunque el tiempo regresar no puedo,
me anclo en ese momento en que tus ojos
me hechizaron obsequiándome las alas
que me llevan a traspasar otras fronteras,
eres el fuego que me aviva y me redime;
de noche en noche y aun en la aurora,
lates incesante como mi corazón late;
complicado es describir esto que siento,
solo sé que ya formas parte de mi carne,
fluyes en mi sangre y me sostienes fuerte.