Nunca pensé que todo el oriente
existiera una joya sin par
nunca pensé ser testigo
de que tal maravilla pudiera existir
Como una leyenda cautivaste mi mente
y al rojo vivo en mi corazón
tu imagen dejaste grabada
encantado, perturbado, ni yo mismo lo sé
Cuántos volcanes no envidiaron tus senos
cuántas grullas no confundieron tu porte
al pasearte en tus lagos
por contemplarte los lotos se abrieron
Fieros guerreros portando katanas
Custodiaron tus pasos al partir de tu tierra
Dichosas las olas con su vaivén te arrullaron
Mientras la luna celosa tu travesía alumbró
En mi puerto te recibieron regocijadas las palmas
ninfa de oriente, al desembarcar soberana
dichosos los ojos que tu belleza cegó
dichosas aceras que amortiguaron tus pasos
dichosa tu presencia alegrando la tarde
luceros atrapados en oval azabache
¡Quién pudiera probar las cerezas
que rellenan tus labios!
¿quién aspirar tus oscuros cabellos
Cuando juegan traviesos
Cual teatro de sombras
emanando incienso?
Dichoso el dragón que a tu llamado acude
y dócil se echa a dormir a tus pies
A cuántas reinas opaca tu gracia
Cuántos delirios ocasiona tu encuentro
Dichoso el kimono que recubre tu piel
Dichoso el koto donde deslizas tus dedos
pricesa Kaguya
tallada en marfil
Si un día en el edén haces falta
Y presurosa retornas
Allá donde los techos apuntan al sol
Llévate mi pesar y mi gozo
Llévate también mis suspiros
ninfa de oriente
La joya más cara