Resulta un poco triste
saber que nos bebimos de un sorbo los amores
y que hoy , estamos hartos.
Parece que sufrimos,
después de largos años de estar apasionados,
rutinas,
desencuentros
e instantes donde ahondamos
las grandes diferencias de ver como avanzamos.
Al menos, lo sabemos:
las aguas están quietas,
pues ya no nos amamos.