Sé que te necesito porque cuando veo tu nombre
me inquieto;
porque te estoy pensando
porque te necesito
y te necesito porque te quiero.
Porque de bohemio en la barra, trovador de cantina,
en orador de versos y rimas
me vuelvo bajo el balcón de Julieta,
y canto como Quijote a Dulcinea,
el bravo amor de una ilusión que no expira.