Raúl Carreras

¡Guapa!

¿Si era guapa?

A su paso los narcisos
que le osaron seducir
se ocultaban indecisos
por no poder competir
con el aura y sutileza
que desprende su belleza.

¿Si era bella?

Las perlas y los diamantes
en su cuerpo se apagaban,
y las joyas irradiantes
que en otras pieles brillaban
tornaban en noche oscura
al contemplar su hermosura.

¿Si era hermosa?

Todo en ella era beldad,
como Venus o Afrodita,
era la divinidad
de una ninfa que me quita
el aire cuando respiro,
la vida con un suspiro.