No creo, dijiste
Fusilen el secuestro al amor sometido siendo virgen
criatura fuera de lo normal, sabor en este tiempo de locos,
de caprichos desatados en noche invernal
donde el viento helado en la fría montaña empezaba a escalar
y se fue opacando el sentido del camino tan estrecho
que debimos seleccionar, fueron los aires y el despecho
quienes vinieron a atacar, cruel envidia que lucera
lo hermoso construído con afán, un árbol caído se puede levantar,
cuando se es débil un imperio de rosas rojas sin espinas de ese color
escarlata hasta nos prohíbe lo bendecido del aroma para soñar,
ante el desierto, inquietud, dolor que si vives.
No digo que la noche se empecinó ante la cobardía del desvelo
acentuado en medio de la oscuridad, peregrinar de figuras todas
en descanso sobre el cabalgar de muros sin doctrinas, y fueron
los principios perdidos, caminaron sin consuelo con un saco viejo
de amuletos falsos que pudiste cargar.
Lo ancestral lloró ante el conocimiento de tu negación fatal,
una sombra en la nada, renunciaste al Dios del Olimpo,
una mentira en tus labios, brota la espada y puñal.
No se puede negar la esencia sin un ideal.
La seguridad ha sido una antorcha prendida en la soledad
y te pareciste en la mesa al traidor escondido en la falsedad
buscando fuerzas, mentira inaudita que miré con piedad, sin fe,
ni amor para el creador, que es bondad.
Recostar tu cuerpo al árbol frondoso, ¿podrás?
habitad esplendoroso que no disfrutarás,
a la consciencia, una sola sombra no te calmará.
NellyCastell 22-09-2020