Érase un par de almas en convivio,
la una en competencia, la otra en displicencia.
La una buscando atención ajena,
la otra evadiendo el juicio que condena.
La una disponiendo de otras partes,
la otra siendo fiel a sus alcances.
La una en sufrimiento por insuficiencia,
la otra indiferente a la abundancia.
La una en obsesión por la elegancia,
la otra transitando libre de jactancia.
La una codiciando luminosidad,
la otra rescatando paz en la oscuridad.
La una audaz maquillando su aspecto,
la otra pasiva en el quehacer correcto.
La una inquieta por la complacencia,
la otra inmutable fausta con su esencia.
La una en alianza con la percepción,
la otra y lo cierto en colaboración.
La una y la otra en eterna rivalidad.
Una apuesta a la ficción, la otra a la realidad.
@MucioNacud ©