De la luz negra,
se saco la oscuridad, la noche,
la pena, el luto, la rabia, el amargor,
la codicia y el temblor.
De la luz blanca,
nació la sal, la luz eterna,
el día, el sol, el dulzor de la luna,
el amor, la paz compartida,
la paciencia y la sabiduría.
De la luz verde,
surgió la esperanza,
el toque mágico del paisaje,
la salita de estar de la duda,
la dicha en proceso,
la mirada al instante,
la protección y el abrazo.
De la luz azul,
se pinto el cielo, dos capas,
se reflejo en el mar, una mano rápida,
las sonrisas divertidas,
las ropas de los bebes,
un trazo dulce y suave de los arcos iris,
la tinta que descansa en estas hojas.
De la luz roja,
se inventó, el infierno, !Válgame Dios!,
las brujas y los volcanes,
todos en la misma hornada,
las señales de peligro,
la atracción que sienten los toros,
la fracción de muchas banderas,
la exposición de la sangre,
la manifestación de las picardías,
los pinchos picantes,
y cualquier otra anomalía.
Autor: Fco. Peiró Gimenez.
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