Dolor cuando se quiebran los caminos.
Es un volver a empezar amarrado a esta suerte.
Me dijiste que sangre tranquilo.
No tuve mas fuerzas para retorcer el destino.
Partì sintiéndome lejano a tu mirada.
Mirada que penetraba pero sin la picardía con que mis ojos te miraban.
Esta maldita ansiedad que vuelve a golpear a mi puerta.
Ya no estoy presente. Solo algunos de mis pensamientos, naufragando por el oscuro océano de los miedos.
Solo lo vacìo del silencio. Solo lo pesado del tiempo.
Solo el recuerdo de tu dulce voz pronunciandome, y estimulando mi vaga imaginación.