Se sonroja la tarde
Ante besos ardorosos
De amor apasionado
Cupido lanzó su flecha
Atravesando los corazones.
Flama que enciende más el fuego
Entre colores ilusorios
De un pintor trasnochado.
Encantamiento
En ese deslizar del pincel
Sobre los torsos desnudos
Insinuantes ritual embrujado
Ventura que comienza
En la violácea tarde
Perpetrándose en la sombra
De la noche clandestina.
Marta Victoria Castro
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