Tu hola... Qué tal?...
Tu hermoso hola, que tal*
me ha dejado obnubilado,
y tu sonrisa especial
a mi alma ha enamorado.
Marchaste sin escuchar
los mensajes que dejé
sin poderte preguntar
cuál es tu nombre, mujer.
Esperabas a una amiga,
según tu breve relato,
que con dulzura decías
mientras te estaba escuchando.
Y aprovechar el domingo
que pareciera estar bien
y yo soñaba en lo lindo
que sería ser aquel...
Que caminara a tu lado
observándote a los ojos
y tomados de las manos
vivir ese encuentro hermoso.
Pero nada era real.
Una loca fantasía,
que mi mente fue a crear
ideando que eras mía.
Perdón... me dejé llevar
quizá porque lo sentía
y entre tanta soledad
mi corazón lo pedía.
Luego me puse a pensar
que tal vez sos una niña,
porque tu voz al hablar
sin decirlo, lo exponía.
Te marchaste y yo corté.
He salido de la línea
y este poema cree
por escucharte, este día !
Luis A. Prieto
Domingo, 27 de febrero de 2005.
5:02 hs.
Bs. As.
Arg.