Raúl Carreras

Después de la tormenta...

Respiraba en la cama temblorosa,
trémulo el corazón, sin más consuelo
que mi torso desnudo,
que el edén de mi pecho.

La mañana al amor le daba tregua,
la pasión con el alba ve sosiego,
los suspiros espiran
y reposan los besos.

Los sofocos se funden con la calma,
en la noche quedó el último aliento,
los abrazos alivian,
y aflora el sentimiento.

Es la pausa, la paz y la armonía,
el descanso que imploran nuestros cuerpos,
es silencio y caricias,
es final de otro sueño.