Edel Vicente González Pérez

Exótica Gomera

Histórica y colombina

emerge orgullosa

cargada de laureles acebiños,

hayas y helechos

entre nieblas rastreras

de bosques fantasmagóricos.

 

Circundan sus costas

marines en vigilia,

custodios perennes

a vistas del navegante

en formación ondulada

de cachalotes, ballenas piloto,

calderones y delfines mulares.

 

De tortuosos accesos,

serpenteantes senderos,

surcan empinadas montañas,

hermosos valles,

y pequeños saos

predilectos del Gran Rey.

 

En un manto de leyenda:

Gara, refulgente sol

tiñe de oro

al bosque esmeralda,

sueño de Jonay

que sobre cueros

de cabras inflados

por corrientes mansas

arriba a sus brazos.

 

De nuevo el mito

de amores prohibidos

devenidos en tragedia

y en el pitón de Agando,

palos de puntas afiladas

extinguen las vidas

de Gara y Jonay.

 

Y en El Alto Garajonay

nos inundan:

las preciosas vistas,

los ecos del silbo,

las chácaras que suenan,

el almogrote que unta,

el potaje de berros

Y EL OBLIGADO RETORNO.