Tomando distancia
del lenguaje común,
te miro cruzar,
impoluta,
a través de un tumulto
ordinario e indescifrable;
y vienes a mí,
siendo más que tú misma
explicándote metafórica,
eco del impulso del espíritu,
nueva,
diferente...
Te presentas anónima,
encantadora,
intensa entre el latido
de las gotas de agua
sobre el pozo,
y navego pequeño sobre la onda,
divago,
anhelo el aire que inhalas,
más aún el que exhalas,
porque viene cargado de ti,
porque ha estado contigo
en ti,
profundo,
impreciso,
como este sentimiento,
este amor,
este dolor.
y me identifico
marginal,
clandestino,
pero tan real
como el diálogo de las miradas,
tan real
como la nada.