Pido respeto
a legos y profanos.
Lo necesitan.
Pido silencio
al viento y la galerna
de los instintos.
Pido que callen
las voces insensatas
de tanto listo.
Pero que sepan,
los unos y los otros,
que no olvidamos.
Ni olvidaremos
aquellos que han partido,
sin despedirlos.
Están muy cerca,
y siguen con nosotros
en el recuerdo.
En su momento,
su causa y sus derechos,
defenderemos.
Y, si procede,
se dictará sentencia,
como es justicia.
...Pero sabiendo
que el hombre no es perfecto
y se equivoca.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/20