Era el sol en el crepúsculo,
grácil nimbo de una hoguera,
era una piedra preciosa,
una cascada de perlas.
Era un invierno nevado,
refulgente luna llena,
arrecife de corales,
era el brillo de una estrella.
En otoño, manto de hojas,
el arco iris tras tormenta,
era notas de un adagio,
el perfil de una pantera.
Era un campo de azahar,
era un ramo de azucenas,
era un cielo de verano
una verde primavera.
Era el mito de Afrodita,
de la Venus su silueta,
una escultura sin mácula,
era tacto de piel tersa.
En la selva era follaje,
catarata gigantesca,
en el mar era oleaje,
era el sumun de belleza.
Todo en ella era hermosura,
era baile, su cadencia,
era beso, era suspiro,
simplemente era perfecta.