Es un tesoro invaluable,
quizás a lo que se debe
que su figura conmueve
al parco más inmutable,
aterido inalterable.
Como ofrenda recibida
es terapia requerida
que significa el remedio
sin interés de por medio
a una vejación sufrida.
La mezquindad en respuesta
la forma más esperada
a la insignia rechazada
sin el afán de protesta
y a desangrase dispuesta.
El desprecio inmerecido
contra el mártir mal herido,
de la cesión ganador
se presenta sin pudor
a cumplir su cometido.
Cual recurso en abundancia
se desdeña su valor
sin pesadumbre mayor
mostrando la intolerancia
a ejercer en consonancia.
En su respaldo confianza,
de la inquebrantable alianza
garante de la guarida
que brindará la acogida
mientras llega la bonanza.
De las víctimas patricio
indolente a los maltratos
carente de instantes gratos
con resguardo en un resquicio
inmune a cualquier suplicio.
Del premio, nunca a la espera
cual si pueril este fuera.
Absoluta indiferencia
a recibir complacencia
o beneficio cualquiera.
Con el agua a semejanza,
en desventaja terrible
elemento imprescindible
colocando en la balanza
devaluado sin tardanza.
Entre más útil se ofrezca
aunque absurdo esto parezca,
como faena de oficio
se procede al desperdicio
sin que nadie se entristezca.
De una mano con los dedos
se han de contar los amigos,
los que toleran castigos
sin angustia y sin remedos
desenmarañando enredos.
Los que olvidan sus derechos
amén de verse maltrechos
en busca de la merced
que mitigará la sed
con sus alcances estrechos.
Valiosos, pero son pocos
sin intereses urdidos
quedan también complacidos
y tachados como locos.
Alumbrando con sus focos
¿dónde la ecuanimidad?
acerca de la amistad,
¿dónde la justicia ciega?
que a presentarse se niega
para contar la verdad.
@MucioNacud ©