Yilian
Llego rápido a tus brazos, me aferro a tu cuerpo,
nos besamos primero suave degustándonos,
pero nuestras lenguas toman su propia iniciativa,
danzando al compás de la pasión,
nuestras manos van quitando la ropa
que tanto nos estorba porque es una barrera entre nuestra piel.
Pero hoy no quiero cabalgarte como otras veces,
no quiero que aprisiones mi cuerpo
y yo enroscar mis piernas a tu cintura,
no, hoy es mi boca la quiere degustar cada parte de ti
y beber tu placer completo.
Fico
Es la hora del ocaso y al aullar de mi lejana pena
siento tus manos sedosas cual tormenta, que arrasa mis vestidos,
y tus piernas tan ansiosas, con rugido que me da espanto.
cubren toda mi cintura, arrancándome gemidos,
se oye una voz a lo lejos, como mimo de inocente canto,
al hallarte degustando el manantial de mi cuerpo.
Yilian
Comienzo a recorrer tu barbilla con mis besos y mi lengua,
así descendiendo por tu cuello, tu pecho, tu ombligo,
hasta llegar a mi punto favorito, tu erección,
esa que me desquicia y de tanto placer llena mi cuerpo,
te beso la punta con mis labios rojos salivando por el deseo,
ya húmeda con tu néctar, y le introduzco en mi boca ávida de ti,
y así voy viendo cómo se perla el sudor en tu frente,
loca porque la bestia que hay dentro de ti salga a la luz,
y veo la vena palpitante en tu cuello queriendo mantener el control,
tus gemidos roncos que me hacen temblar de placer.
Fico
Siento un placer inefable, desgarrando estoy tu espalda,
y tus gritos de la noche se elevan como un tornado,
tus labios están empapados provocando más gemidos,
te siento como como una loba elevando sus bramidos,
vas llevando el control, el placer no ha terminado,
sin quererte desprender, me coges fuerte las nalgas.
Yilian
Entonces envuelves tu mano en mi pelo,
y miro a tus ojos empañados de deseo,
aumentamos ambos el ritmo,
llegando hasta al fondo de mi garganta,
siento mi boca llena, tus contracciones de placer,
hasta que llenas mi boca con tu semilla,
y yo gustosa degusto hasta la última gota por caer,
y así poco a poco vas recobrando la calma
junto a mí acariciando mi piel, y yo junto a ti bañada
en los propios fluidos de mi placer.
Fico
Tu boca está saboreando mientras tus ojos van parpadeando,
tú estás llena de felicidad, degustando nuestro agasajo,
balanceándose están tus pechos, mostrando elasticidad,
y suplicante me pides ahora como elevando una oración,
que mis manos los acaricien como el chasquido del viento,
hasta que llegue la calma y se ahogue nuestra pasión.
Autores:
Yilian Franco
Federico Mendo
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