No es el Unicornio
con su cuerno dorado de Tongmyong
Y menos el Fenix alado
Por el fuego del más allá
No se trata del Pegaso
con su galope de nube
y su ascendencia Gorgona
Ni tampoco el Cerbero
con sus cabezas
veltesta, tretesta y drittesta
No hablo del Minotauro laberíntico
zoófilo fruto de Pasifae
Ni menciono las Centáurides
totémicas de bajos instintos
No, el animal
de imposible arcano irracional
El animal inviable
destructor por antonomasia
El monstruo milenario
devorador y demoledor
de todo
En definitiva
es el bipedo implumedo
que hoy se hace llamar
humano
©Alexander Elías 2020