Carlos Hector Alvarez

alcoholismo

Escuché cantar la canción

titulada “el alcohol es el Dios

del olvido”.

Pensé,

el autor está confundido,

esto es un error de apreciación.

Vaya a una mesa, le pido,

donde asientan sus reales

bebidas de todo color,

verá que éstas no llevan

implícitas la amnesia,

al contrario, reavivan el dolor.

Ahí ha de encontrar

entre las risas y el llanto:

eternos disconformes,

que no valoran

lo que tienen;

a los amargados,

enfermos del mal de amor;

los fracasados

que no le ven sentido

a la vida;

a los perdedores  

que rifaron su fortuna

por maniobrar con error;

también a los que beben

por el placer de beber.

Mal que les pese

lo que buscan, no han de hallar

entre tragos de licor.

Mal consejero es el alcohol

que lleva a sus seguidores

por caminos sin amores

des aconsejables senderos

de pecado y perdición.

Como conclusión,

entre los bebedores,

verá que, hay de todo,

lo bueno y lo malo

de la viña del Señor.

Ahora, el que quiera olvidar,

al olvido no lo busque

en el licor, porque éste,

de todos los remedios,

es el peor.