Hoy, entró en mi las ganas de verte desnuda
de disfrutar de tu cuerpo como nunca.
Esta tarde llueve fuego en la ciudad
y me pregunto,
¿por qué no he de arder en tu templo?
¿Qué me detiene?,
tus ojos, tus labios o
tu mirada,
¿Qué hace postergue
mi conquista?
Que, ¡ya es un hecho!
Hoy sé que voy
acabar debatiendo
entre la vida y la muerte,
entre lo insano y lo sagrado.
Te abrazo para no dejarte ir, para aferrarme a ti.
Dime, ¿qué puedo hacer ?, si con el tiempo que pasa te deseo más
y no puedo –y no quiero– librarme de ti.
¿Qué esperas?, y mátame de una vez,
que yo también estoy desnudo.
Autor: Bernardo R Villatoro/México
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