SIN PERDER EL ZAPATO
Qué curioso. Con más de dos perfiles
y un tanto fragmentada su estructura
continúa lanzando sus misiles
para dar en el blanco sepultura.
Consigue con su barro muchos miles
y brillan por diamantes sin figura
porque cree que vive entre los giles.
Veleta que nos vende un alma pura.
Existe moraleja en cada evento:
si ignoras su camino no es promesa
con un final que acaba como el cuento.
La falacia persigue ser expresa
y al descuido, no sé en qué momento
la Cenicienta logra ser Princesa.