Ben-.

Sentir la tierra-.

sentir algo de tierra
sumida en su superficie hostil
maraña peliaguda que cruza como un rayo
la perversidad de la mañana asesina

su humedad maligna el helecho tardío
la secuestrada sangre que ingiere el enigma
la brusquedad de los aposentos en síntomas,
y esa fetidez de los espacios concomitantes, ausentes.

sentir algo de tierra
en la escueta raíz concéntrica
su espabilada malformación congénita
su tétrica irradiación por espurios convencimientos

sentí la tierra
en su balbuceo mítico la sepultura de Advena
los largos cabellos como lunas enemigas
ese peculiar aroma a bosque impregnado.

viví comiendo la arena,
ceniza dormida de un cuerpo
contrariamente a los helechos, columnas
de agua vespertina, sombrías repulsiones.

y en su estómago singular permití
la entrada del sucedáneo ecuménico, unánime
tragedia que tritura
los intestinos antes de apartarse definitiva.