Un manantial en pensamiento,
siento caer, en cascadas:
mis visiones
al cerrar los ojos.
Despierto por un maretazo
naufrago a la misma nube,
el sol me busca y me eleva
y llena de luz mi alma,
mis alturas somnilentas
vagan los cielos, yo:
aspiro mi lejanía.
Resuelto a indagaciones remonto
a deshacer los cruceros
y los mundos vecinos,
rezos dispersos descienden
sobre suelos y semblantes
que me son flores,
me aparto de sus búsquedas,
cruzo las calles y me pierdo
tras puertas y luces
de cristalinos azules.
Retorno a las ruinas que dejó
la alta ola,
mi soy: yace herido
enamorado de inalcanzables
y del esqueleto
del ave que volaba.
Todo lo que nació
en súbito azar,
vivió para así
extinguirse.
Las aguas claras
me arrullan con caricias,
se abren extensas,
espumosas: centelleantes
en mis ojos desahogados.
El crepúsculo adormecido
en la rosa de los vientos
me llama a verlo todo
y de pronto
sé que escribo
para vivir de nuevo.
\"He recorrido el tramo largo trasladando
mi pluma y mi tristeza y mi quién sabe cuánto\"